La familia de los Epífidos está formada por los Platax, por eso algunos expertos la denominan platácidos.
Los Platax son peces marinos comestibles y parece ser que su carne es deliciosa, aunque aquí nos interesan más sus cualidades como pez de acuario marino, su vistosidad y la capacidad para vivir en un entorno controlado.
Se caracterizan por tener un cuerpo alto y comprimido lateralmente.
En su estadio más joven son peces muy originales, poseen una librea de colores muy llamativos, y sus aletas dorsal y anal están más desarrolladas, que cuando llegan a la edad adulta.
Algunos de los ejemplares más llamativos de los Epífidos son:
Epifidos
Pez Murciélago (Platax pinnatus)
Es un pez muy espectacular en estado juvenil y me recuerda bastante al Pez Ángel, por la altura que alcanza, debido al gran desarrollo de sus aletas dorsal y anal.
Lo podemos encontrar en libertad en los Océanos Índico y Pacífico, así como en el Mar Rojo.
Pueden llegar a medir hasta 75 centímetros de alto y pesar 25 kilos, tallas que en un acuario no llega a tener.
A pesar de que en la naturaleza está muy extendido, no es fácil encontrarlo a la venta para acuarios, y sus precios son realmente altos.
Su clasificación es un poco confusa, debido a que existen grandes variaciones morfológicas en función de la edad y del biotopo natural del que proceda el ejemplar.
Son muy voraces, comen casi de todo, su crecimiento es igualmente espectacular y su adaptación a un acuario comunitario es perfecta, no suele tener problemas con ningún inquilino.
No son muy exigentes en cuanto a la calidad del agua, aunque debido a su envergadura, necesitan un acuario de al menos 2.000 litros.
Saber más: Pez Murciélago
Pez Murciélago Teira (Platax teira)
El Platax teira resulta menos llamativo que su familiar cercano, el Platax pinnatus, aunque no deja de ser un pez muy interesante.
Son originarios del Mar Rojo y del Mar del Japón.
Poseen un cuerpo comprimido lateralmente y muy alto. Su coloración es gris uniforme, con unas bandas verticales negras.
No es fácil distinguir las hembras de los machos, porque no poseen un dimorfismo sexual bien marcado.
Al contrario que el Platax pinnatus, el teira, es más agresivo, sobre todo con ejemplares de su misma especie, que va en aumento en la época de cría si el acuario no tiene el tamaño adecuado.